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Thorndike, con su contribución a las teorías de aprendizaje y Pavlov, con sus estudios sobre condicionamiento clásico sirvieron de precursores a Watson para exponer un sistema basado en el modelo de la física aplicable a la psicología donde lo fundamental era su énfasis en el comportamiento observable. Vemos entonces, que los procesos de pensamiento fueron reducidos a parámetros tales como subvocalizaciones que evidenciaran la actividad muscular durante el proceso solucionar un problema.

Para los representantes del conductismo, entre ellos Skinner, en una ciencia psicológica no hay cabida para el estudio de lo inobservable;

Al recordar un nombre se supone que la respuesta existe en cierta intensidad y que se dispone de otra información como fuente de estimulación complementaria. Estos constituyen los rasgos esenciales de una actividad más amplia y más compleja a la que comúnmente se llama ‘resolver un problema’, ‘pensar’ o ‘razonar’. De este modo, el análisis de recordar un nombre sirve de introducción a un campo mucho más importante de la conducta humana... En cualquier caso, la solución de un problema es simplemente una respuesta que altera la situación de forma que la respuesta pueda ser emitida. Encontrar la llave del cajón cerrado, poner gasolina en el coche, retorcer los eslabones de una forma determinada, emitir un nombre que encaje perfectamente en la historia del asesinato y escribir una fórmula que conduzca siempre a un número primo, son soluciones en este sentido. Una vez se ha dado con la solución, el problema desaparece simplemente porque la circunstancia esencial ha sido eliminada. (No es probable que se presente de nuevo el mismo problema porque la situación ya no será nueva.) En el futuro, la respuesta que se ha presentado como solución ocurrirá porque se ha visto reforzada en circunstancias similares...

La relación entre la conducta preliminar y la aparición de una solución es simplemente la relación entre la manipulación de variables y la emisión de una respuesta. Esto no pudo entenderse claramente hasta que fueron analizadas las relaciones funcionales de la conducta; pero, entretanto, se inventaron muchos procesos ficticios. Los ‘procesos de pensamiento’ denominados pensar y razonar son ejemplos bien elocuentes de ello. Skinner, 1981: 273-279

Resulta curioso por demás, lo que Skinner expresa relacionado con la originalidad de las ideas en el hombre: ellas no existen ni aún en el caso de que jamás hayan sido emitidas en el pasado debido a que son el resultado de algún método de manipulación de variables. El término original sólo puede aplicarse en aquellas ideas con otras fuentes de intensidad resultado de manipulaciones sin fórmulas rígidas. A pesar de reconocer la dificultad de explicar el origen de ideas importantes en el marco de la historia de la ciencia, puede ser ofensivo tildarlas de originales cuando se valora al individuo en función del control que ejerce sobre el mundo: las ideas de Harvey sobre la circulación de la sangre, ya habían sido propuestas en el pasado y la máquina de vapor de Watt se basó en formas primitivas conocidas. El pensamiento entendido así, dijo, abre opciones sustanciales para enseñar a pensar al hombre y permite la mejora de métodos de pensamiento, utilizando plenamente las posibilidades del organismo pensante.

La corriente neoconductista, también llamadas mediacionales, al asumir la inclusión de las variables intervinientes en el modelo de aprendizaje de estímulo y respuesta, abrieron una posibilidad para considerar que el comportamiento se encuentra mediado. Esta hipótesis la toman Hull y Tolman de la idea desarrollada por Osgood, quien desde la escuela de la Gestalt, expuso una cadena interna de la respuesta mediadora: los estímulos externos daban lugar a respuestas mediacionales que a su vez producían estímulos mediadores; éstos producen respuestas conductuales o mediadoras para completar así la cadena. Hull y Tolman la incorporan dentro de lo que ellos denominaron jerarquía de familia de hábitos, donde la mediación actúa para reordenar la jerarquía en cada lugar de la cadena, esto sería el equivalente al pensamiento. Sin embargo, conservan en esencia las presupuestos asociacionistas tradicionales.

Köhler, Koffka y Wertheimer son representantes de la Escuelas de la Gestalt, o escuela de la forma. Koffka, físico y matemático al igual que Wertheimer, define como objeto de la psicología la conducta en su relación causal con un campo psicofísico, es decir de la integración entre el aspecto físico objetivo del ambiente geográfico con el subjetivo del individuo que da lugar a una respuesta molar, fundamento primordial para explicar las facultades mentales. Ellos se ocuparon fundamentalmente de la percepción pero sus descubrimientos en este campo se trasladaron al estudio del pensamiento, particularmente en la solución de problemas; se destacan tres aportes de interés en este sentido: el concepto de fijación funcional, como elemento limitante para el logro satisfactorio de soluciones, la disposición a solucionar determinados problemas de manera específica y la ampliación de su espectro o einstellung que no es más que el efecto desplazar un pensamiento que ha sido exitoso hacia otra situación en la búsqueda de su solución sin considerar factores adicionales. Finalmente, distinguieron entre el pensamiento productivo, que es capaz de identificar las relaciones entre los elementos de una gestalt y reorganizarlos como vía de solución de problemas y el pensamiento reproductivo, incapaz de nuevas estructuraciones y tendente a repeticiones de patrones exitosos previos.

Existe una línea de estudios sobre el pensamiento que cristaliza en este siglo xix, pero cuyas raíces se remontan a Descartes durante el modernismo, al insinuar la mecanización del cuerpo humano. Dentro de este contexto, se identifica a Boole, quien en 1854, escribió ‘Investigación sobre las leyes del pensamiento’, en donde se plantea la tarea de formular las leyes básicas del pensamiento sobre cimientos lógicos. Sostuvo la necesidad de superar las ambigüedades del lenguaje natural con la opción que brinda el uso de símbolos arbitrarios para representar el pensamiento, símbolos que al combinarse son susceptibles de operaciones de adición, sustracción o multiplicación, haciendo posible el razonamiento en términos abstractos.

Estas ideas al ser recogidas por Russell y Whitehead años mas tarde, serán unos pininos de la computadora. Pero al margen de la trascendencia irrefutable de estas afirmaciones en el campo de la inteligencia artificial y por ende, para el de la psicología cognitiva, la alternativa de explicar el pensamiento bajo los postulados de la lógica abre una brecha determinante para una perspectiva de explicación del pensamiento como proceso evolutivo, filogenético y ontogenético en el marco del Programa de Epistemología Genética de Jean Piaget. En 1950 publica su teoría sobre el conocimiento en el libro ‘La psicología de la inteligencia’ y comienza expresando que:

Toda explicación psicológica termina tarde o temprano por apoyarse en la biología o en la lógica (o en la sociología, aunque ésta también termina, a su vez, en la misma alternativa). Para unos, los fenómenos mentales no se hacen inteligibles si no se los relaciona con el organismo. Este criterio se impone, efectivamente, cuando se trata de las funciones elementales (percepción, motricidad, etc.), de las que la inteligencia depende en sus primeros movimientos. Pero nunca se ha visto que la neurología explique por qué dos y dos son cuatro, ni por qué las leyes de la deducción se imponen al espíritu con necesidad. Ahí se origina la segunda tendencia, que considera irreductibles las relaciones lógicas y matemáticas, y vincula al análisis de las mismas el de las funciones intelectuales superiores. La cuestión que se plantea consiste en saber si la lógica, concebida fuera de las tentativas de explicación de la psicología experimental, puede legítimamente explicar a su vez algo de la experiencia psicológica como tal.

La lógica formal, o logística, constituye simplemente la axiomática de los estados de equilibrio del pensamiento, y la ciencia real que corresponde a esta axiomática no es otra que la psicología misma del pensamiento. Distribuidas así las tareas, la psicología de la inteligencia debe seguir teniendo en cuenta los descubrimintos logísticos, pero éstos no llegarán nunca a dictar al psicólogo sus propias soluciones: sólo se limitarán a plantearle problemas. Piaget, 1979:13

A partir de aquí, y acotando sus diferencias con las interpretaciones de Russell, Bühler y Selz, Piaget postula un estudio del desarrollo cognitivo fundamentado en la correspondencia que los estados de equilibrio finales del pensamiento demuestran con la logística o lógica. De allí surgen entonces las diferentes formas de pensamientos: preconceptual, intuitivo, concreto y formal que se distinguen por el uso de operaciones de agrupamientos en términos lógicos.

Tercer período: el pensamiento como proceso computable.

Durante los años 50’, el menosprecio por las explicaciones mentales y la incapacidad de abordar los procesos cognitivos bajo metodologías empiristas, aunados a las posibilidades servidas por las ciencias computacionales y el uso de lenguajes formales para el tratamiento de fenómenos de tipo psicológico precipitaron el abandono del conductismo en beneficio de las teorías cognitivas. Gardner (1988:409) habla de la aparición de la nueva ciencia de la mente a partir de que se consumaran tres condiciones fundamentales: demostrar las insuficiencias del enfoque conductista, las limitaciones que por separado presentaban algunas ciencias sociales y la aparición de la computadora;

“... he mostrado como se cumplieron estas tres condiciones”. Hacia 1948, cuando Karl Lashley presentó su famosa ponencia en el Simposio de Hixon sobre el problema del orden serial en la conducta, ya era evidente para muchos hombres de ciencia que el enfoque conductista de la actividad intelectual humana tenía fallas fatales. Por lo mismo, se estaban volviendo palmarios los límites de otras escuelas también pertenecientes a la órbita conductista -el positivismo lógico, la lingüística estructural, el funcionalismo antropológico, la reflexología pavloviana -.

Junto al descubrimiento de las limitaciones de la postura conductista se fue advirtiendo cada vez más que cada ciencia humana y conductual, practicada por separado, tenía netas limitaciones que la invalidaban. La ambivalencia de la filosofía en cuanto a la significatividad de los datos empíricos para resolver cuestiones epistemológicas de antigua data, la dificultad de la psicología para amoldar los enfoques experimentales a problemas en gran escala, los escollos que encontraba la antropología para trascender los estudios de casos singulares, las ambiciones de la neurociencia por examinar capacidades humanas que se rehusaban a que se las redujera al nivel neural: todo ello volvía urgente la necesidad de que estas diversas ciencias fueran secundadas por sus disciplinas vecinas.

Lo decisivo fue, quizá, la confluencia de diversas demostraciones matemáticas y lógicas (por ejemplo, las emprendidas por Shannon, Turing y von Neumann) con los grandes avances técnicos que culminaron, alrededor de mediados de siglo, en la creación de las primeras computadoras. Una vez que se probó el poder de estas máquinas para abordar materiales simbólicos, muchos estudiosos se convencieron de que la ciencia de la cognición podía plasmarse a imagen y semejanza de la computadora”.

Es interesante repasar algunos hechos que contribuirán a perfilar definitivamente lo que será la ciencia cognitiva: Shanon, a través de su concepto de información cuantifica la noción de la reducción de la incertidumbre, Simon y Newell introducen la máquina de la teoría lógica con un teorema demostrativo, el lingüista Chomsky mostró que las precisiones formales de la matemática eran perfectamente aplicables al lenguaje, Turing crea su máquina y enuncia que cualquier tipo de cómputo puede realizarse en ella sobre la base de instrucciones finitas; Putnam resuelve la problemática cuerpo-mente, al tomar como modelo la máquina de Turing y la posibilidad de una descripción lógica independiente del soporte físico, con repercusiones en los modelos de representación humanos. Estas investigaciones, así como otras relacionadas, condujeron a la conclusión de que las computadoras podían semejar los procesos de pensamiento humanos.

Sin embargo, es necesario definir el contexto de investigación de la ciencia cognitiva con miras a apreciar el interés en líneas y modelos con características distintivas. En este sentido, podemos entender por cognitiva una ciencia que reúne cinco condiciones asociadas que constituyen su fundamentación epistemológica y metodológica (Gardner, 1988): a) se acepta un nivel de representación mental disociado tanto del componente biológico o neurológico como del sociológico o cultural; b) uso del modelo de la computadora como medio viable para la comprensión de la mente humana; c) obviar, temporalmente, factores como la emoción y el afecto, los elementos históricos y culturales y el papel del contexto, que aún siendo importantes para el área cognitiva, complican la aproximación científica actual; d) el reconocimiento de la necesidad de los estudios interdisciplinarios, particularmente las que integran el hexágono cognitivo -psicología, filosofía, antropología, lingüística, neurociencia e inteligencia artificial- y e) la reivindicación del temario epistemológico de los griegos como portadora de ideas e inquietudes embrionarias de la ciencia cognitiva.

Las líneas de investigación que se desprenden de la consideración de la computadora como simuladora de procesos de pensamiento pueden agruparse en torno a los siguientes ejes aglutinadores: el diseño de programas, los lenguajes de programación, los soportes lógicos o software, el soporte físico o hardware y el componente conceptual humano. Sin embargo, dentro de estas líneas de investigación se identifican versiones débiles y fuertes producto de la discrepancia entre quienes confían en la computadora como un recurso para probar teorías sobre el pensamiento basadas en el diseño de programas inteligentes y aquellos exponentes de la computadora programada como una mente que comprende y tiene procesos cognitivos.

Como producto de las líneas de investigación sobre procesamiento de la información surgen modelos explicativos sobre el pensamiento y la cognición capaces de generar importantes consecuencias en el ámbito de las disciplinas que participan de la ciencia cognitiva y de utilidad en otras áreas relacionadas con ellas. Entre los modelos derivados de estos programas de investigación tenemos los siguientes:

Modelo de las redes neurales: fue propuesto por un especialista en lógica, llamado Pitts, junto con McCulloch, en 1943. En él se concibe que las operaciones que efectúa una célula nerviosa y las redes de conexión que establece a su vez con otras células simulan perfectamente una representación como enunciados lógicos equiparables con operaciones del cálculo proposicional. Se presenta una visión del cerebro humano compatible a la máquina lógica.

Modelos conexionistas o subsimbólicos: Los psicólogos cognitivos de la llamada primera generación, fieles adeptos al modelo computacional serial para explicar los procesos mentales confían en que el pensamiento puede ser interpretado como procesamiento distribuido en paralelo (PDP) que, en esencia, semeja al conexionismo. Estos modelos tienen sus antecedentes en el de las redes neurales y en ellos se asume que las unidades simples de un sistema funcionan como las células al recibir inputs excitadores e inhibidores de otras unidades combinándolos de acuerdo con reglas fijas y de manera recursiva; las unidades se agrupan en estratos inputs y outputs, codificando cada uno sus patrones de excitación

Modelos de procesamiento paralelo: ante la insatisfacción que para algunos estudiosos del tema produce el diseño de computadora digital serial para abarcar suficientemente la explicación de los procesos cognitivos, entre ellos Minsky, Hinton y Anderson, han apuntado preferencia por un viraje en la arquitectura de los procesos de información hacia mecanismos de computación paralelos que simultáneamente puedan procesar cantidades considerables de sucesos.

Modelo modular: Fodor y Pylyshyn critican al modelo PDP por presentar las mismas limitaciones del asociacionismo, incapaces de la explicación de representaciones altamente estructuradas. Entre ellas el lenguaje y la solución de problemas. Fodor, siguiendo a Putnam, asume que la constitución psicológica de un sistema depende de su soporte lógico y que las funciones cognitivas constituyen una manipulación de símbolos o representaciones mentales de naturaleza abstracta sin una relación estricta de configuración con aquello que denota. Asume que los códigos internos de representación tienen flexibilidad para acomodarse racional­mente en respuesta a las exigencias del medio y esos códigos están en correspondencia de dominios específicos cognitivos o módulos. Concluye que: “En general, los sistemas cognitivos modulares son específicos de dominio, fijados de modo innato compactos, autónomos y no ensamblados. Dado que los sistemas modulares son mecanismos computacionales privativos de un determinado dominio, son asimismo una especie de facultades verticales. ..” Fodor, 1986:63

Fodor formula el concepto de facultades verticales basado en las nociones de Gall, quien en contra de las denominadas facultades horizontales, en la que los procesos cognitivos son producto de la interacción de facultades singulares tal como la memoria, percepción, atención, imaginación, entre otras, las cuales en una amalgama particular determinan el perfil de esa facultad, propuso ‘un conjunto de entidades que describe de modo diverso como propensiones, disposiciones, cualidades, aptitudes y capacidades fundamentales’ (supra: 35). Con base en esta reflexión, se incorpora la idea de que ‘la mente está estructurada en subsistemas funcionalmente distinguibles’.

Modelo de la mente como sociedad: Minsky, quien forma parte de los investigadores precursores de las ciencias de la cognición, asume que la mente se conforma de múltiples centros de procesamiento con la propiedad de procesar simultáneamente clases distintas de conocimientos. Define así su modelo:

¿Cómo puede surgir la inteligencia de algo no inteligente? Para hallar una respuesta, demostraremos que es posible construir una mente a partir de muchas partes pequeñas, que en sí mismas no la poseen. Llamaré ‘sociedad de la mente’ a este modelo, según el cual cada mente está formada por numerosos procesos más pequeños. Daremos a estos procesos el nombre de agentes. Por sí solo, cada agente no es capaz de realizar más que alguna cosa sencilla que no requiere en absoluto poseer mente ni pensamiento. Sin embargo cuando reunimos estos agentes en sociedades -de ciertas maneras muy especiales- se desemboca en la verdadera inteligencia. Minsky, 1986:15

Modelos mentales: El hecho de que las personas no siempre emplean elementos de la lógica formal para resolver problemas, persuadió Johnson-Laird a sostener que puede haber razonamiento sin lógica. De allí que destaca el silogismo como forma de razonamiento corriente e incluso irreflexiva utilizada en la vida cotidiana para formar modelos mentales en los cuales no hay necesidad de traducción de premisas debido a que el sujeto apela al recurso más sencillo y cómodo, bien sea palabra, imagen o una síntesis de ambas. Ante las críticas sobre las modalidades explicativas de la representación mental, Johnson-Laird sostiene (en Gardner 1988:395-396) que es:

...harto simplista sostener que las imágenes son (o no son) modalidades de representación, aducir que lo mejor es concebir toda representación en forma proposicional -como lo han hecho Pylyshyn y otros- o afirmar que es imposible, en principio, decidir si un proceso entraña proposiciones o imágenes -que es lo que asevera John Anderson- ...

 

Por esta razón, es preferible concebir un mínimo de tres tipos de representaciones mentales: a) representaciones proposicionales, que se asemejan a las lenguas naturales, b)modelos mentales, que son analogías estructurales del mundo y c) imágenes que son correlatos perceptuales de los modelos des un punto de vista particular.

Imágenes mentales: Este campo de investigación surge ante la inquietud de la existencia de un pensamiento sin imágenes, sugerido por el introspeccionismo y consagrado por el conductismo. Las imágenes como representación mental se reivindican a partir de los trabajos de Paivio y su hipótesis de la codificación dual; en el contexto del aprendizaje verbal estimó que las palabras concretas pueden recordarse mejor por su doble codificación: uno verbal y uno visual. Ortells señala:

Una representación mental es una especie de <<modelo>> que guarda cierta correspondencia con el objeto o evento que pretende representar. Pero la correspondencia puede ocurrir en muchos niveles, ya que todas las propiedades del objeto (o <<referente>>) no tienen por qué ser representadas... En realidad, de que la relación entre referente y representación no suponga una correspondencia isomórfica, explica que puedan existir sistemas representacionales alternativos para un mismo evento. Ortells, 1996:46.

 

Entre esas representaciones alternativas resalta la importancia de las representaciones proposicionales y las analógicas. Ubicados ente el hecho de decidir si la imagen es un mecanismo psicológico real con independencia de su valor funcional, los partidarios analógicos (e.j. Kosslyn, Shepard, Pomerantz, Finke) defienden la imagen y suscriben la correspondencia isomórfica entre lo representado y lo que se representa, con propiedades semánticas y sintácticas que difieren significativamente de los partidarios de la postura proposicional; éstos, a su vez, replican que la experiencia de la imagen no implica su representación pictórica en el ámbito cerebral y se inclinan por la explicación de un formato único representacional de índole proposicional (Pylyshyn, Anderson, Bower).

Es importante, dentro de este panorama histórico del pensamiento la trascendencia que los estudios del área de la inteligencia artificial, en particular y de la ciencia cognitiva en general han tenido en el campo de la etología cognitiva, disciplina que surge de la interacción entre la psicología, la etología y la filosofía de la mente, que se ocupa del estudio de la mente animal.

De las investigaciones realizadas, se desprenden consideraciones hacia el reconocimiento de que ciertos procesos cognitivos internos, entre ellos la expectativa, la formación de conceptos, la resolución de problemas afectan el comportamiento animal. Recientemente, se ha iniciado el “análisis de la evidencia de que los animales algunas veces experimentan pensamientos conscientes simples acerca de asuntos de importancia crucial para ellos” (Griffin,1994:9), así como también la tesis, manejada por Real (1994) de que las reglas computacionales usadas por los organismos, sean programas de procesamiento de símbolos como en los modelos de inteligencia artificial o modelos de sistema nervioso tal como las redes neurales, son evolutivamente adaptativas y generan representaciones o conductas que confieren ventajas de supervivencia, por lo tanto, evolutivas. Nieto, (1994) acota que la relación evidente entre los modelos de aprendizaje animal y las teorías cognitivas humanas presupone alguna forma de continuidad de los procesos cognitivos en los animales y el hombre. Este terreno de conocimiento, relativamente nuevo, se encuentra aún muy influida por las secuelas del conductismo, según las cuales se negaba todo posibilidad de pensamiento animal consciente, tendencia que han enfrentado programas de investigación en el contexto cognitivo.

El predominio de la ciencia cognitiva a partir de los años cincuenta marcha paralelo al auge y desarrollo de las investigaciones en el terreno particular de sus disciplinas constitutivas, en especial el de la inteligencia artificial. Sin embargo, cada día se evidencia la necesidad de la integración disciplinaria en la explicación de los hechos cognitivos, dado que ninguna ciencia en particular ha logrado formulaciones necesarias y suficientes que pongan en evidencia la inutilidad de otras. Esta propiedad integradora de conocimientos que requiere la explicación de los procesos cognitivos queda expresada en la tendencia reciente hacia definiciones globalizadoras que más que conceptualizar lo que es el pensamiento, razonamiento, creatividad o memoria, colocan el énfasis en la cognición como proceso aglutinador de facultades específicas, tal como lo destacan estos ejemplos:

q Operación de la mente basada en el empleo de símbolos. Forma la base de la misma actividad psíquica y posee un significado fundamental en la existencia, comprendiendo todo lo que es vivido y sentido: imaginación, sentimiento, conocimiento, juicio, intención, etc. (Diccionario de Psicología, 1985)

q La palabra ‘pensamiento’ es usada a menudo cuando sencillamente expresamos opiniones o cuando recordamos hechos pasados... Por otra parte, usamos también la palabra ‘pensamiento’ en relación con el proceso de resolver problemas. En lo que sigue, cuando nos refiramos a ‘pensamiento’ usaremos el término principalmente en este último sentido. En otras palabras, cuando el psicólogo emplea el término, ‘pensamiento’ es casi sinónimo de resolución de problemas”. (Whittaker y Whittaker)

q La inteligencia no consiste en una categoría aislable y discontinua de procesos cognoscitivos. Hablando con propiedad, no es una estructuración entre otras: es la forma de equilibrio hacia la cual tienden todas las estructuras ... implica una continuidad funcional radical entre las formas superiores del pensamiento y el conjunto de los tipos inferiores de adaptación cognoscitiva o motriz. (Piaget).

q El Pensamiento podría ser considerado como la actividad intelectual que realiza el hombre a través de la cual entiende, comprende, ‘capta alguna necesidad’ en lo que le rodea. Pensamientos serían los resultados de su pensar: conceptos, juicios, raciocinios. (Serrano)

q Pensamiento es la manipulación de las presentaciones mentales de información. La representación puede ser una palabra, una imagen visual, un sonido o datos de cualquier otra modalidad. Lo que hace el pensamiento es transformar la representación de información en una forma nueva y diferente con el fin de responder a una pregunta, resolver un problema o ayudar a obtener una meta. (Feldman).

q Cognición es el proceso en virtud del cual percibimos, conocemos o entendemos algo. El desarrollo cognoscitivo denota el crecimiento y perfeccionamiento de esta capacidad intelectual. (Craig)

q Cognición acto o proceso de conocimiento que engloba los procesos de atención, percepción, memoria, razonamiento, imaginación, toma de decisiones, pensamiento y lenguaje. (Enciclopedia Encarta 99).

Una vez más, observamos que la definición de pensamiento, estrechamente vinculada con el desarrollo histórico de la filosofía y la psicología, responde ciertamente a los vaivenes epistemológicos predominantes de un momento determinado, en que cada uno de cuales le imprime una acepción específica al término. En todo caso, esta breve mirada a la historia de lo que ha sido el estudio sobre el pensamiento evidencia que aún sigue siendo un campo de estudio relevante con sobradas interrogantes a las que dar respuestas y que las obtenidas hasta el presente de alguna manera confirman que la ciencia cognitiva ha dado un gran paso al proponer la interdisciplinariedad para abordarlas.


 

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