UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL
“SIMÓN RODRÍGUEZ”
II JORNADAS DE INVESTIGACIÓN
Dimensiones teóricas y aplicativas de un Modelo de
Correspondencias Intersectorial
Dra. Nancy Schavino de Viloria
Universidad Simón Rodríguez
Universidad Santa María
2001, Caracas, Venezuela.
El tópico de la interacción universidad - sector productivo, se consolida progresivamente como una necesidad vital, para el desarrollo estratégico de la capacidad científica y tecnológica del país y para la renovación de la infraestructura de recursos humanos, con altas habilidades intelectuales para la criticidad, creatividad e innovación, capacidades indispensables para asegurar la producción y consumo de conocimiento científico, el cual representa la base para intervenir en una sociedad cada vez más global y con una economía exigentemente competitiva.
De manera amplia y de acuerdo con Espinoza (1999), la relación universidad - sector productivo puede definirse como cualquier acuerdo formal o informal entre estos dos contextos, en el cual los recursos son compartidos y utilizados por las partes para llevar a cabo una actividad académica, científica, técnica y de negocios. La actividad de relación ocurre constantemente entre entidades que producen y/o transforman investigación (conocimiento) y desarrollo ( tecnología) en sus resultados o productos.
La relación entre la universidad y el sector productivo, trasciende el ámbito de los dos organismos, por tanto este hecho alcanza dimensiones teóricas y aplicativas de carácter social, económico y educacional que se analizan seguidamente.
Concebir la relación entre la universidad y el sector productivo, desencadena el surgimiento de una serie de consideraciones en cuanto a los valores, fines y medios que se articulan para la materialización de tal hecho.
Tasker y Packhman (1994), señalan al respecto, que comúnmente se asume que los valores predominantes del sector productivo, están determinados por motivos de utilidad, beneficios, mientras que los valores que están ampliamente sustentados en las universidades están definidos por los principios de amplia indagación y libertad intelectual.
En armonía con estas apreciaciones, Schavino (1998), destaca que axiológicamente las universidades se orientan hacia la formación de recursos, el cultivo del saber, la intelectualidad en contextos académicos y el crecimiento científico, mientras que las organizaciones del sector productivo apuntan hacia la producción de bienes y servicios, la obtención de beneficios económicos, la comercialización y la rentabilidad. De tal manera que para el logro de una adecuada vinculación universidad - sector productivo, debe establecerse un puente axiológico orientado hacia el beneficio mutuo, el mejoramiento continuo, la excelencia, la competitividad, la productividad, la solución de problemas y la satisfacción de necesidades.
El nuevo estilo de relación entre la universidad y el sector productivo trasciende los intereses particulares de cada uno de ellos. La visualización que se tiene de una sociedad global y de una nueva economía global, donde los cambios constantes son esenciales para poder competir exitosamente, colocan a la universidad y al sector productivo en un escenario donde las alianzas estratégicas son de fundamental conveniencia para enfrentar las fuerzas que regulan y modelan tanto la actividad económica como las de naturaleza social, política, científica y educacional en los espacios internacionales, nacionales y regionales.
Considerar la relación entre la universidad y el sector productivo en un ámbito concreto como el venezolano, conduce a una revisión de las implicaciones sociales que ello tiene para ambas partes y la sociedad como un todo.
En la actualidad, es cada vez mayor la afirmación que los países tienen que hacer un uso más intenso del capital intelectual de las universidades, como parte de su esfuerzo para competir efectivamente en el mercado mundial y hay un crecimiento de la conciencia pública, de que la revitalización de la economía puede ser solamente lograda si todos los sectores de la sociedad, actúan conjuntamente.
El enfoque económico para fundamentar la explicación de la relación universidad - sector productivo se centra en la consideración de que el desarrollo económico es un proceso de innovación que incrementa la capacidad de los individuos y las organizaciones para producir bienes y servicios y en consecuencia se crea riqueza. Este proceso puede conducir en las comunidades, estados y regiones a la creación de empleos, flujo de ingreso y una base de impuestos. La participación ideal de la universidad en el desarrollo económico se expresa en el uso estratégico de los recursos basados en el conocimiento para sustentar el desarrollo de la economía local, estadal y regional.
En este marco de consideraciones, se señalan algunos roles de la universidad en el desarrollo económico, que tocan su relación con el sector productivo para la creación de riqueza. Espinoza (1999), destaca los siguientes:
La primera función coincide con los tradicionales objetivos de calificar y desarrollar recursos humanos.
La visión de la función que debe cumplir la educación en el proyecto de desarrollo de la sociedad parte de asumir que el conocimiento actualmente es “el verdadero capital y el principal recurso para la producción de riqueza de los países y por tanto, contrario a los criterios manejados hasta el momento, no son los recursos naturales y los capitales monetarios los que determinarán el nivel de desarrollo posible, sino el conocimiento y la capacidad de obtener y manejar información.
En consecuencia se plantea que para alcanzar posiciones ventajosas en un contexto de globalización y de transformaciones en los ámbitos tecno -económico y socio - cultural, la educación debe estar dirigida a formar un capital humano altamente calificado.
En este punto es importante precisar que los cambios que se están dando en el ámbito tecno - económico, implican una transformación profunda en las formas y dinámicas de producción, que requieren de organizaciones que se adapten permanentemente a los cambios, que están constituidas por trabajadores creativos, capaces de innovar, de incorporar aprendizajes a sus labores cotidianas, de tomar decisiones y de obtener y manejar información.
Desde esta óptica, se plantea que la productividad de una empresa y la capacidad competitiva de un país están asociadas con la calificación y formación de sus trabajadores, vinculado entonces al perfil laboral de los egresados de las instituciones educativas, en este caso específico de las universidades.
Diversidad de trabajos muestran, que la empresa valora la Educación Superior por sus productos de profesionales. Hoy la rápida obsolescencia del conocimiento y la necesidad de nuevas habilidades intelectuales demanda programas de educación continua, como un medio para actualizar habilidades e inculcar el aprendizaje permanente.
La segunda función en correspondencia con la investigación, se destaca de acuerdo con Schavino (1998), la necesidad de concebir a las universidades como organizaciones proveedoras de un conjunto coherente de conocimientos útiles en las tomas de decisiones y gestiones que dinamicen la economía del país. En este orden, enfatiza la urgencia en la utilización efectiva del conocimiento generado a través de un proceso sistemático de investigación, donde los mejores talentos y recursos de las universidades estén al servicio de las verdaderas y reales expectativas del país.
De lo anterior se infiere por una parte, la necesidad de un cambio en las universidades de corte tradicional, para asumir el reto planteado por las exigencias del desarrollo científico y tecnológico y, por la otra, la urgencia de replantear el papel y forma de organización y administración de la investigación en la universidad. En esa orientación, la realidad científica, social y económica demanda el establecimiento de vínculos estrechos entre los centros generadores de conocimientos y los sectores productivos que los transforman en tecnología.
La asistencia técnica y gerencial específica para un cliente o para una bien definida comunidad de intereses, es el tercer tipo de función para el desarrollo económico. Una cuarta función que involucra a la universidad en el desarrollo económico se refiere a la disposición de sus espacios e infraestructura física y humana al servicio del sector empresarial.
La quinta y última función es aquella que conlleva a que las universidades desarrollen en sus campos específicos un medio ambiente positivo para logros comerciales. La creación de una estructura flexible y de respaldo como compensación a los académicos por su participación en el desarrollo de investigación con fines comerciales.
Un factor de vital importancia para sustentar la conveniencia de la relación entre la universidad y el sector productivo lo constituye sus implicaciones en el proceso educacional para la formación y desarrollo de los futuros nuevos profesionales.
Al respecto, apunta Coldstream (1994):
El desarrollo de la noción de asociación entre la industria y la educación presenta muchas cuestiones en relación a la naturaleza de la enseñanza de pre - grado. Esa asociación no es tan simple como una entre clientes y suplidores, y no se trata tampoco de producir graduados respecto a un estándar de especificación conocido. Más que eso se trata de que ellos desarrollen las habilidades en la Educación Superior inicial para continuar aprendiendo a través de sus crecientes vidas de trabajo complejas (p. 44).
De acuerdo con el autor, las organizaciones y la tecnología cambian tan rápido que se ha dicho que el conocimiento técnico tiene un promedio de vida de siete años. En tal sentido, los frecuentes cambios necesitan personas, que tengan la capacidad para aprender y desarrollar, para cambiar con las necesidades de la organización.
En los escenarios de formación de profesionales en Educación Superior, parece ser una constante la demanda de habilidades transferibles. Las habilidades más valoradas en la actividad industrial, comercial y en la actividad profesional, son las habilidades intelectuales y sociales transferibles. Tanto para las instituciones educacionales como para los empleadores, las demandas proliferan en cuanto a la preparación de los estudiantes con las características adecuadas a los nuevos lugares de trabajo.
Según Filmus (1996), la elevación del nivel de complejidad de las actividades genera la creación de una mayor cantidad de puestos de trabajo que requieren más capacitación para realizar operaciones con nuevas tecnologías. Para satisfacer esta necesidad, es imprescindible educar en base a una sólida formación general, a una capacidad de pensamiento teórico - abstracto y a una comprensión global del proceso tecnológico, fortalecida por una sólida formación lógico - matemática, estadística e informática.
En este contexto teórico, se contempla considerar la participación de representantes del sector industrial en el espacio universitario para la identificación de las necesidades que deben satisfacer los diseños curriculares en atención no sólo a los conocimientos técnicos, sino también a las habilidades intelectuales fundamentales para el funcionamiento de las organizaciones en estos nuevos escenarios.
Tomando en consideración, la reiterada afirmación de que el bienestar de la humanidad en el futuro en cualquier lugar del mundo depende del desarrollo de la actividad económica, con base en una alta productividad y eficiencia, soportada por una creciente innovación tecnológica, Coldstream (1994), afirma que la Educación Superior debe “entrenar mentes para el mañana” y que esta es una “responsabilidad compartida”.
De acuerdo con esta visión, resulta impostergable la consolidación de estratégicos acuerdos entre la universidad y el sector productivo, para concretar la satisfacción del reto para el cambio.
De acuerdo con el Modelo de Correspondencias de Schavino (1998), el logro de la vinculación universidad - sector productivo, se define previa integración de tres sistemas teóricos: Teoría Económica de Mercado, Teoría de la Organización y Teoría de la Investigación.
La inclusión de la Teoría Económica de Mercado obedece a la necesidad de reestructurar las redes macrosociales de producción y consumo, ya que los factores tradicionales de producción (tierra, trabajo y capital) han sido desplazados por un nuevo paradigma: el conocimiento. Este factor de producción, además de colocarse por encima de los ya mencionados, genera el desarrollo social y económico de los países, el cual se orienta básicamente en la capacidad de innovación tecnológica.
Una importante derivación es que si los centros generadores por excelencia de conocimientos válidos y confiables son las universidades, entonces en estas descansa la gran responsabilidad de responder ante tal desafío, de ajustarse al nuevo paradigma y conformar redes investigativas en función de satisfacer las necesidades de conocimientos del país. Si las macroestructuras de producción necesitan conocimientos y tecnología, entonces las universidades deben organizarse y constituirse en referencia a estos requerimientos.
Las variables de correspondencia derivadas de la Teoría Económica de Mercado, de acuerdo con el modelo presentado por Schavino (1998), son:
Nivel de Oferta – Demanda |
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Variables |
Investigación Universitaria |
Sector Productivo
|
A.1.1. El conocimiento como objeto de oferta – demanda. |
Generar conocimientos altamente competitivos y demandados por el sector productivo a fin de satisfacer necesidades sociales. |
Adquirir conocimientos útiles en los procesos de transformación y desarrollo científico – técnico. |
A.1.2. El conocimiento como objeto de producción. |
Conocer las necesidades del sector productivo. |
Presentar la demanda de conocimientos a las universidades. |
Tener capacidad para satisfacer las demandas del sector productivo. |
Confiar en la capacidad de las universidades. |
|
Ofrecer productos competitivos en calidad y precio. |
Incorporar conocimientos de calidad que satisfagan necesidades. |
|
Crear una unidad de enlace con el sector productivo con capacidad técnica, administrativa y jurídica. |
Celebrar contratos con las unidades de enlace de las universidades. |
|
A.1.3. El conocimiento como objeto de comercialización. |
Comercializar o vender conocimientos o tecnologías al sector productivo. |
Acceder a comprar tecnologías innovadoras a las universidades. |
Obtener ingresos para el autofinanciamiento universitario. |
Obtener ventajas competitivas determinantes en el sector empresarial e insertarse en el desarrollo, científico – tecnológico. |
Nivel de Competencia de Mercado |
||
Variables |
Investigación Universitaria |
Sector Productivo
|
A.2.1. Magnitud de población de productores y consumidores. |
Ingresan al mercado de conocimientos todas las universidades, en condiciones análogas a las de las demás entidades productoras de conocimiento. |
Participan todas las entidades de este sector, en condiciones análogas a los demás consumidores (por ejemplo: se extiende la demanda de conocimientos a sectores no empresariales). |
Se establecen vínculos referenciales entre unas y otras universidades (ámbito interno del mercado) y entre universidades y productores no universitarios (ámbito externo del mercado). |
Evalúan el conjunto de la oferta, sin predisposiciones hacia uno u otro representante de la oferta (universidad “x” vs. universidad “z”; universidad vs. entidad no universitaria). |
|
A.2.2. Crecimiento relativo. |
Es del tamaño promedio de otras entidades de la oferta. |
Considera un conjunto de oferentes con un mismo tamaño promedio. |
Mantiene un crecimiento proporcional al crecimiento de la demanda. |
Varía la magnitud de la demanda y es sensible a los cambios de necesidades. |
|
A.2.3. Información sobre el mercado. |
Transmite a la demanda información acerca del mercado. |
Transmite a la oferta información acerca del mercado. |
Se mantiene atenta a los cambios en la demanda y en otras entidades de la oferta. |
Examina sus propias necesidades y se mantiene atento a los cambios en el conjunto de las ofertas. |
|
A.2.4. Ventajas de competencia |
Capacidad de mejoramiento permanente para la generación y producción exitosa de nuevos conocimientos. |
Capacidad de detectar nuevas necesidades y nuevas aplicaciones del conocimiento para mejorar continuamente los procesos productivos empresariales. |
Atención continua a las nuevas necesidades del sector productivo. |
Comunicación permanente con las infraestructuras oferentes de tecnología. |
|
Capacidad de competir en otros mercados, nacionales o internacionales. |
Oportunidad de seleccionar entre las diversas infraestructuras oferentes de tecnología. |
La Teoría de la Organización conduce a la caracterización de las estructuras que explican el agrupamiento, consolidación y la dinámica de las entidades sociales. Se entiende entonces, que para lograr la vinculación universidad - sector productivo a través de la investigación, ambos contextos deben orientarse en función de políticas y principios organizacionales, procesos y factores administrativos, desarrollo y cultura organizacional.
Las variables de correspondencia derivadas de la Teoría de la Organización, previstas en el modelo de Schavino (1998), son:
Niveles |
Variables |
Investigación Universitaria |
Sector Productivo
|
B.1. Políticas organizacionales |
B.1.1. Misión |
Amplia su misión, más allá de la formación ocupacional – profesional, hacia múltiples y diversificados objetivos del desarrollo socioeconómico. |
Amplia su misión, más allá del contacto con clientes y proveedores, hacia intercambios con sectores tradicionalmente no comerciales. |
B.1.2. Visión |
Abandona una visión exclusivamente curricular y académica, concibiéndose a si misma como factor activo y planificado dentro de las más amplias relaciones socioeconómicas, incluyendo las áreas comerciales y mercantiles. |
Abandona una visión exclusivamente mercantil y comercial, concibiéndose a si mismo como agente clave en las esferas intelectuales y humanistas ligadas al desarrollo socioeconómico.
|
B.2. Procesos y factores administrativos |
B.2.1. Procesos y funciones |
Incluye procesos y funciones orientados a la detección de necesidades de conocimiento en el sector productivo; a la inteligencia de las fuentes competidoras; al análisis de las fortalezas y debilidades de la institución dentro de las gamas de competencia; al diseño de programas de investigación y, finalmente, a la divulgación de la oferta y al mercadeo. |
Incluye procesos y funciones orientadas a la detección sistemática de necesidades de conocimiento dentro de la organización, a la localización sistemática de las múltiples y distintas fuentes potencialmente proveedoras, así como de sus costos, y a la oportuna comunicación de oportunidades a las tomas de decisión. |
B.2.2. Tecnologías y recursos |
Orienta planes y presupuestos a la dotación de medios de primera línea para la investigación de avanzada. |
Intercambia medios y recursos con las universidades, sobre la base de relaciones de productividad. |
|
B.2.3. Estándares de medición |
Define parámetros de producción de investigaciones |
Define parámetros de necesidad de conocimientos. |
|
B.3. Desarrollo organizacional |
B.3.1. Cultura organizacional |
Abandona una cultura de investigación como tarea estudiantil y profesoral, para desarrollar una cultura de investigación como satisfacción de necesidades sociales y como proceso gerenciable. |
Abandona una cultura de investigación como hecho universitario diferente al de las empresas vendedoras de información y desarrolla una cultura integral donde el producto universitario se equipara al de esas empresas. |
B.3.2. Clima organizacional |
Iguala estándares de condiciones ambientales al del sector productivo. |
Mantiene e incrementa sus estándares de condiciones ambientales. |
La Teoría de la Investigación explica las diferencias y semejanzas típicas de los procesos de investigación, incluyendo los aspectos relacionados con la organización y administración de los mismos, es decir los factores a parte de los cuales, se generan los cambios en las investigaciones. Se describen los procesos investigativos asociando la investigación con producción de conocimientos y destacando la relación acción - conocimiento dentro de la permanente evolución del pensamiento humano.
Para efectos del Modelo de Correspondencias, la investigación constituye el proceso vital, indispensable y de enlace para el logro de la vinculación universidad - sector productivo. De su confiabilidad, especialización y éxito depende que se generen conocimientos también confiables, especializados y exitosos. Y este es indudablemente el tipo de conocimiento requerido para mejorar la productividad científico - tecnológica y fortalecer el potencial económico del país. En otras palabras, la consolidación de esquemas tecnológicos competitivos depende de la confiabilidad de la investigación.
Las variables de correspondencia en la dimensión de la Teoría de la Investigación son:
Niveles |
Variable de Correspondencia |
Investigación Universitaria |
Sector Productivo
|
C.1. Estructura diacrónica |
C.1.1. Altos grados de socialización y sistematización. |
Define trabajos de amplia demanda y de aceptable replicabilidad. |
Ubica sus necesidades dentro de áreas de amplia demanda y reconoce los patrones de replicabilidad. |
C.1.2. Definición de redes problemáticas y programas o grupos de trabajo. |
Diseña redes problemáticas asignadas a grupos de trabajo, evitando la dispersión y la casuística de investigaciones. |
Sistematiza sus necesidades en redes asignables a grupos de trabajo, evitando la dispersión de solicitudes de investigación. |
|
C.1.3. Gestión y progreso a distintos plazos temporales. |
Determina fases y subproductos de trabajo, gestionables a distintos plazos de tiempo. |
Participa en la determinación de fases, subproductos y plazos de desarrollo. |
|
C.2. Estructura sincrónica |
C.2.1. Identificación de marcos sociocontextuales. |
Coincide con el sector productivo en la identificación de sus entornos. |
Coincide con la investigación universitaria en la identificación de sus entornos. |
C.2.2. Atención a las opciones de diversificación. |
Promueve diferentes opciones de trabajo sobre la base de las diferencias de estilos de pensamiento y enfoques epistemológicos. |
Reconoce diferentes opciones de trabajo sobre la base de las diferencias de estilos de pensamiento y enfoques epistemológicos. |
|
C.2.3. Ampliación de las áreas empíricas de interés investigativo. |
Amplia las fronteras más allá y más acá de las cuales suele admitir problemas investigativos relevantes o interesantes. |
Explícita y racionaliza sus áreas de interés fáctico (franjas o grandes clases de hechos que resultan importantes de describir, explicar e intervenir). |
|
C.2.4. Equilibrio en la valoración de conocimientos descriptivos, teóricos y aplicativos. |
Maneja la investigación teórica como condición para la investigación aplicativa. |
- Desarrolla una concepción menos inmediatista de los productos investigativos y una visión más integrada de sus distintos tipos. - Valora la investigación teórica como imprescindible para la investigación aplicativa. |
En esta orientación, la realidad científica, social y económica demanda el establecimiento de vínculos estrechos entre los centros generadores de conocimientos y los sectores productivos que los transforman en tecnología. Como elemento asociado a las ideas anteriores, la concreción del puente vinculante entre ambos sectores, constituye una posibilidad viable de autogestión financiera para las universidades, en un momento histórico donde el insumo más valioso es el conocimiento y donde el desarrollo económico se perfilará básicamente por la capacidad de innovación tecnológica de las sociedades.
El acelerado proceso de innovaciones y de producción de nuevos conocimientos, y la lucha de las organizaciones para mantenerse competitivas está marcando la pauta del desarrollo y movilización en los puestos de trabajo del profesional en esta sociedad del conocimiento, que estamos viviendo, donde las personas están siendo valoradas no por su lealtad o capacidades físicas, sino por el conocimiento. Y donde el capital humano es el factor crítico para el desarrollo de los negocios.
Esto significa entonces, que la educación en si misma, desligada de la actividad productiva, contribuye a elevar el nivel cultural de la población, pero muy poco a desarrollar una actividad hacia el emprendimiento, el descubrimiento y la generación de riqueza, a través de una real vinculación de la universidad con la sociedad productiva.
Esta postura es particularmente trascendente en el caso de la Educación Superior venezolana, en virtud de que a este nivel es donde se deben generar los grandes procesos de descubrimiento y de colectivización del saber, y solo así las universidades podrán convertirse en centros garantes de la convivencia de un mundo sin fronteras.
En este contexto se inscribe la opinión de Gianetto (2001), quien opina que:
... el progreso proviene del conocimiento, la ciencia y sus avances se generan por comunidades nacionales e internacionales y le dan validez a la investigación. A las universidades les espera una tarea difícil: acompañar y promover los nuevos aprendizajes. Es el reto de vivir en el ambiente de los medios de la hipercomunicación tecnológicas del conocimiento donde las autopistas de la información crecen y se vuelven más anchas, pero lamentablemente seguimos en un país lento. Esto es lo que hay que cambiar (p. A - 4).
En referencia a esta calificada opinión, es precisamente en la Universidad donde deben discutirse las contradicciones entre lo local y lo global, de modo tal que se produzcan ideas transformadoras del contexto social, tal y como lo comenta Fernández (1998), quien refiere que “ante los efectos demoledores de la globalización de la economía mundial, la universidad debe reivindicar la postura ética de la ciencia, la tecnología y la cultura, al equilibrar unidad y diversidad, y estimular así nuevas modalidades de vinculación Estado - Educación Superior, empresa y comunidad” (p.20).
En este sentido, la Universidad debe educar para una nueva sociedad, con una visión global y regional al mismo tiempo, apuntar hacia lo sustantivo y trascendental y sobre todo, educar para apropiarse de la historia y la cultura del mundo, pero teniendo como gran destinatario, al pueblo; pero en realidad esto implica adelantar un profundo proceso de transformación de la estructura universitaria.
Ahora bien, en el contexto de la Educación Superior, asumiendo este momento de cambio de paradigmas evolutivos y de apertura hacia la multidimensionalidad del saber, las Universidades deben asumir el reto de colocarse en sintonía con los avances científicos - tecnológicos y sociopolíticos. Este desideratum propone, lógicamente que el individuo se constituya en actor y autor de su propio proceso de aprendizaje donde la relación dialógica entre hombre y sociedad se concrete sobre el saber construido en colectivo.
Todo este parecer se inscribe dentro del pensamiento de Cabrera (2000), quien al referirse a la ontología del saber colectivo y transversal de la Universidad del futuro, afirma que:
La relación individuo - sociedad debe producirse a través de una visión ontológica, ubicándose dentro del paradigma de acción crítica emergente, donde predomine una visión humanística y sistemática del hecho educativo donde el proceso de triangulación del saber permita formar un capital humano proactivo, con autonomía personal para la toma de decisiones y sinérgico con los cambios del país. (p.14).
Sobre la base de esta afirmación, los países latinoamericanos deberán asumir la educación filosófica y epistémica como un conjunto organizado de componentes integrados que permita desarrollar acciones socializadoras que conduzcan a la solución y evolución de problemas funcionales y organizacionales para garantizar la visión y misión de una sociedad en permanente cambio.
De modo tal, que en el marco de una sociedad globalizada, la universidad como instancia generadora de saberes, para poder enfrentarse al escenario socio - económico y cultural del futuro, necesita generar transformaciones profundas, tanto en la revalorización del conocimiento trascendente, como en lo ético valorativo y deontológico de la profesión de egresados.
Al internalizar este planteamiento, el currículo de la Educación Superior, deberá enfocar los perfiles profesionales en esa dirección, dado que el capital humano, la investigación científica y humanística, y su acción de extensión tienen como contexto la competitividad para lograr la excelencia en una sociedad global (Cabrera, 2000, p.15).
En atención a este punto de vista es pertinente destacar que la competitividad es una categoría económica que está asociada a la generación de valor agregado vía conocimiento; la innovación y la mejora de los productos y servicios de las empresas provienen de la inteligencia, el uso del talento y la creatividad de la gente, utilizando como insumo básico la información y los medios disponibles para operarlos.
A este respecto, refiere Valdez (1998):
La sociedad del conocimiento sitúa en primer lugar la exigencia de valor agregado, y la rapidez con que los individuos y las organizaciones aprendan, será la nueva fuente de ventajas competitivas... el principal reto de la gerencia consistirá en desarrollar el capital intelectual, y estructurar y sistematizar el conocimiento a través de las reformas educativas en su esencia (p.12).
Toda esta realidad implica que los líderes de la educación de los países denominados subdesarrollados, están obligados a repensar el papel de la educación en todos sus niveles y modalidades con lo que hay que examinar su pertinencia social, así como también el uso de tecnologías para favorecer un aprendizaje permanente en un mundo globalizado, como una forma abierta y holística de abordar la realidad socio - cultural.
Para la UNESCO (1998):
La educación global se caracteriza por el estudio de núcleos temáticos, tomando como base la constante referencia a las diversas áreas geográficas y culturales del mundo... lo que plantea la enseñanza y el aprendizaje recurriendo al trabajo en las aulas con unidades didácticas integradas, tales como el ambiente, la energía, el racismo, los conflictos lingüísticos, directivos, humanos, la alimentación, ... pero analizando tales contenidos con una visión global viendo el mundo como un todo integrado por partes que interactúan constantemente como sistemas interdependientes (p.12).
Desde esta perspectiva está implícita una visión de futuro, por lo que hay que educar desde una perspectiva planetaria, donde se enfatice la noción de interdependencia y la necesidad de abordar aspectos relevantes dentro de un contexto multidimensional.
En este marco de referencia, la innovación educativa se puede concebir desde un plano funcional, donde se articulen los temas transversales como un mecanismo idóneo para dar sentido a la globalización y a la interdisciplinariedad, definidos como formas de aprendizaje a través de proyectos de trabajo complementarios.
Esta concepción es sustentada por el Ministerio de Educación (1998), cuando apunta que “cuando los ejes de conocimientos logran ser transversalizados con las áreas del saber convencionalmente establecidas desde una óptica globalizadora, llenan de contenido concreto algunos discursos abstractos de la pedagogía crítica” (p. 28).
Dentro de esta concepción, la visión de una educación transversalizadora conforma los fundamentos para la práctica pedagógica con sentido crítico, al integrar el campo del ser, del saber, el hacer y el convivir a través de conceptos, procesos, valores y actitudes que orientan la enseñanza y el aprendizaje. Esto se corresponde con las exigencias de un mundo que exige respuestas oportunas en el marco de un complejo proceso de integración socio - cultural. Esta visión, de la transversalización del conocimiento en una sociedad global es compartida por Amaro (2001), quien dice que:
.....para innovar y desarrollarnos es necesario pensar transversalmente, para poder modificar el comportamiento social a través de un redimensionamiento de nuestras creencias socio -culturales, que no son otra cosa que principios y convicciones que le dan sentido y orientación a la vida; para construir una cultura cívica que propicie el aprendizaje colectivo (p.75).
Ante las tendencias de cambio que hemos referido, se plantean nuevos y audaces desafíos al sistema educativo y en especial a la Educación Superior y a sus instituciones. Las universidades corporativas han sido más flexibles ante estos cambios y han sabido responder a la demanda por más y mejor educación como imperativo derivado de la revolución tecnológica y científica y de las nuevas realidades de la sociedad del conocimiento.-
Pero no hay dudas de que las tradicionales instituciones de Educación Superior deben igualmente impulsar transformaciones, para ajustarse a los modelos educativos de la sociedad de la información e incorporar al paradigma que se está configurando hacia el futuro de un modelo educativo para la sociedad del conocimiento.
En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior promovida por la UNESCO y celebrada en París, entre el 5 y el 9 de octubre de 1998 se hizo un análisis sobre el cambio del modelo educativo requerido para enfrentar los retos del nuevo siglo. Y se identificaron indicadores para expresar, en forma esquemática ese cambio paradigmático, tal y como se ilustra en el siguiente cuadro:
Modelo |
Centro |
Papel del Estudiante
|
Tecnología |
Tradicional |
Profesor |
Pasivo |
Programa/TV/Radio |
Información |
Estudiante |
Activo |
PC |
Conocimiento |
Grupo |
Adaptable |
PC + Red |
Las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTC): Instrumentos Fundamentales del Cambio de Paradigma
En este cuadro se puede apreciar la evolución del sistema educativo, desde el modelo tradicional, pasando al más reciente modelo de información, hasta el paradigma futuro de educación para la sociedad del conocimiento. En estos procesos de transformación están cumpliendo un papel fundamental las nuevas tecnologías de información y comunicación como instrumentos motores de estos cambios.
Por otra parte, al analizar los factores claves de estos cambios, según la UNESCO (1998), encontramos que vamos hacia un sistema educativo asincrónico, en donde el estudiante estará libre del imperativo temporal, es decir, que el tiempo no será un factor limitante; como tampoco lo será el espacio, pues con la incorporación masiva del computador personal, de Internet y del aula virtual, ni la distancia ni el espacio serán factores críticos. En cuanto al costo del nuevo modelo; si bien este podrá ser elevado como inversión inicial, a mediano y largo plazo significará un ahorro económico, ya que no habría limitaciones de superficies y locales para desarrollar el sistema de enseñanza - aprendizaje y se podrá lograr una masiva incorporación de participantes.
De acuerdo con esta realidad, el sistema de relaciones se transformará de un modelo tradicional de verticalidad a uno de horizontalidad en el cual el docente actuará como facilitador y el estudiante será el agente protagónico del proceso, actuando en forma adaptable a los requerimientos de un aprendizaje en equipo; mediante un proceso relacional que facilitará el aprender a adquirir información y transformarla en conocimiento.
El mercado del paradigma educativo del Siglo XXI al no estar limitado por el tiempo, ni el espacio, será un mercado global que permitirá al interesado, por la vía de las computadoras Internet, incorporarse al sistema, en cualquier tiempo y en cualquier lugar. Será un mercado altamente competitivo, pero que igualmente permitirá participar eficientemente en el mismo, a través de alianzas estratégicas con las diversas instituciones que operen en el sistema.
Los mecanismos de evaluación de esta nueva educación no se fundamentarán en resultados específicos, sino en procesos y en la capacidad de investigación, adaptación, comunicación y colaboración de los participantes. Finalmente serán sustituidos los tradicionales niveles de todo el sistema educativo por la educación permanente.
No hay dudas de que para enfrentar la velocidad de los cambios y de la producción de nuevos conocimientos, se requiere, como hemos indicado, desarrollar nuevas metodologías del aprender, es decir, se requiere aprender a aprender. Aprender a conseguir datos, analizarlos y aplicarlos. Se impone la conveniencia del trabajo en equipo y de enseñarse entre pares; y aprender a planear y organizarse para poder mantener el ritmo de aprendizaje que impone la sociedad del conocimiento. Al respecto acota Moreno (2001), que:
En los niveles superiores del sistema educativo, se hace también necesario introducir cambios curriculares para adaptar los postgrados, en función de los programas inter y multidisciplinarios que se están configurando con el surgimiento de nuevas áreas del conocimiento, tales como la biotecnología, las ciencias de materiales avanzados, la tecnología electrónica, la informática, la robótica, las telecomunicaciones, la bioinformáticas, expediciones genéticas, etc. (p. 35).
Igualmente los programas de educación continua se incrementarán sustancialmente, pues para ser competitivas, las empresas requieren mantener a sus recursos humanos en un proceso continuo de aprendizaje y desarrollo profesional, proceso en el cual lo importante es el conocimiento actualizado, no solamente el título o el diploma formal.
Finalmente, un desafío fundamental que debe atenderse a nivel de todo el sistema educativo, es el relativo al desarrollo de valores y del componente ético, que deben incorporarse como material básico de los contenidos y de los procesos educativos para asegurar la formación de buenos ciudadanos y profesionales con sólidos valores y responsables ante la sociedad y el medio ambiente.
Todo lo anterior supone que debe hacerse un gran esfuerzo para lograr la excelencia en el sistema educativo. Es decir, no sólo para educar, sino para educar con calidad.
En el cuadro siguiente, se ilustra la transformación que debe realizar la institución y el sistema universitario tradicional, en función de la nueva educación para la sociedad del conocimiento, para responder a las exigencias del sector productivo. Es obvio que la universidad de la sociedad del conocimiento deferirá en muchos aspectos de la vieja escuela o institución universitaria tradicional, y, dada la profundidad y ritmo de los cambios impulsados por el desarrollo tecnológico, el sistema educativo en su conjunto deberá transformar radicalmente su objetivo. “El nuevo objetivo de la educación será reemplazar una mente vacía por una mente abierta”, como muy bien lo ha expresado Malcom Forbes.
La Vieja Escuela
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La Nueva Escuela |
· Enfoca hacia la facultad · Orientada por la investigación y docencia · Centrada en ubicación geográfica · Aprendizaje (just – in - case) · Memorización · Sincrónica · Proceso de socialización |
· Enfocada hacia el estudiante · Orientada por el aprendizaje · Centrada en la Web · Aprendizaje al momento · Síntesis · Asincrónica · Orientada por resultados |
El Nuevo Objetivo De La Educación Será Reemplazar Una Mente Vacía Por Una Mente Abierta |
En este marco de discusión, al vincular el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación al proceso educativo en las universidades, refiere Moreno (2000), que:
Se requiere desarrollar niveles más altos de calificación del recurso humano que hoy se forma, lo que impone la necesidad de activar un proceso de capacitación y actualización permanente, a través de un sistema educativo interactivo que permita aprender en cualquier momento y en cualquier lugar mediante el uso intensivo de medios electrónicos (p. 30).
Este planteamiento resulta relevante, dado que en el contexto de una sociedad cada vez más tecnologizada, especialmente en las áreas de la información y la comunicación, se debe hacer un replanteamiento profundo de las relaciones entre las instituciones educativas, especialmente las del contexto universitario y la sociedad; entre educandos y educadores, entre la tecnología y la educación, toda vez que el paradigma tradicional que orienta al proceso educativo está rezagado y se impone optimizar esquemas mentales y operacionales acordes con la evolución social – tecnológica de la época.
Para La Fuente (2001), entre las ventajas para Venezuela del uso de las tecnologías de información y comunicación en la educación, están las siguientes:
(A) Acceso al conocimiento a un amplio número de unidades educativas a través de programas multimedios e interactivos con contenido curricular de alta calidad. (B) Mejoramiento del personal docente mediante programas de formación en la producción, uso y actualización de material didáctico digital, de tal modo que les permita cumplir con el papel de tutoría y orientación. (C) Acercamiento al material multimedia a través de programas de acceso local (CD o disquete) o mediante internet, que en alguna medida mitiga el problema del acceso a libros de texto y bibliotecas a nivel nacional. (D) Capacidad de comunicación entre unidades educativas con otras instituciones y otros países, para el intercambio de experiencias e ideas (p. 9).
Por su parte, la UNESCO (1998), en su Declaración Mundial sobre la Educación Superior del Siglo XXI, al referirse al potencial y desafíos de las tecnologías señala que, los rápidos progresos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación seguirán modificando la forma de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos.
También se destaca en el mencionado documento, que las nuevas tecnologías brindan posibilidades de renovar el contenido de los cursos y los métodos pedagógicos, y de ampliar el acceso a la Educación Superior, que debe dar el ejemplo en materia de aprovechamiento de las ventajas y el potencial de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, velando por la calidad y manteniendo niveles elevados en las prácticas y los resultados de la educación, con un espíritu de apertura, equidad y cooperación internacional, por los siguientes medios:
(A) Construir redes, realizar transferencias tecnológicas, formar recursos humanos, elaborar material didáctico e intercambiar las experiencias de aplicación de estas tecnologías a la enseñanza, la formación y la investigación, permitiendo así a todos el acceso al saber. (B) Crear nuevos entornos pedagógicos, que van desde los servicios de educación a distancia hasta los establecimientos y sistemas virtuales de enseñanza superior, capaces de salvar las distancias y establecer sistemas de educación de alta calidad, favoreciendo así el progreso social y económico y la democratización así como otras prioridades sociales importantes. (C) Aprovechar plenamente las tecnologías de la información y la comunicación con fines educativos, esforzándose al mismo tiempo por corregir las graves desigualdades existentes entre los países, así como en el interior de éstos en lo que respecta al acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y a la producción de los correspondientes recursos. (D) Adaptar estas nuevas tecnologías a las necesidades nacionales y locales, velando porque los sistemas técnicos, educativos, institucionales y de gestión las apoyen así como también facilitar, gracias a la cooperación internacional, la determinación de los objetivos e intereses de todos los países, especialmente a los subdesarrollados, a los fines de ofrecer en forma equitativa el acceso a las infraestructuras en este campo (p. 68).
Todas estas reflexiones dan pautas suficientes para seguir de cerca la evolución de la sociedad del conocimiento a fin de garantizar la construcción de elevados niveles de calidad y de reglas de acceso en forma equitativa, con la implantación de un modelo de conocimiento basado en la mediatización de informaciones por medio de nuevos sistemas telemáticos de amplio espectro.
El surgimiento de nuevas tecnologías, como la computación multimedia y las redes de alta velocidad o autopistas e la información, han creado nuevas posibilidades de desarrollo tecnológico. Además su aplicación en los procesos educativos con un apoyo eficiente en el manejo de la información determinan estrategias de instrucción diferentes. La tecnología multimedia junto con el uso de las redes telemáticas son consideradas como la nueva revolución informática en el proceso educativo.
Esto se debe a su facilidad para utilizar las telecomunicaciones y la televisión, creando ambientes en los que se integran los distintos medios de comunicación empleados por el hombre para transmitir un mensaje, tales como texto, gráficos, imágenes, sonido y video; además de un aspecto fundamental como es la interacción del usuario con el sistema.
Añez y Otros (1997), realizan una extensa descripción de las ventajas de la utilización de una red telemática complementada con la tecnología multimedia, en los procesos educativos, señalando los siguientes aspectos:
- Facilita el aprendizaje, haciendo el proceso más motivante, práctico y agradable, ya que permite el uso de presentaciones multimedia, así como la exploración de documentos y otros medios. Además, refuerza la capacidad de lectura, escritura y planteamiento y resolución de problemas.
- Permite la recopilación de trabajos de un mismo número de docentes y autores que pueden ser compartidos. Igualmente, estimula el trabajo cooperativo entre profesores, alumnos y administradores que llevan a intereses y experiencias comunes.
- Acceso para todos los miembros de la sociedad a una mayor cantidad de información actualizada y precisa desde y hacia cualquier punto del globo terráqueo. Permite acceso a fuentes de información primaria y facilita la localización de la información.
- Incremento de la interacción en el proceso educativo con posibilidades de establecer un puente con el contexto a través del cual profesores y alumnos pueden revisar y discutir el progreso. La red interactiva le permite al profesor controlar, evaluar y guiar la actuación del estudiante, así como al estudiante obtener una retroalimentación cada vez que lo necesite.
- Posibilidad de trabajo al ritmo individual y a un horario conveniente, sin importar sus capacidades, ni su empleo o profesión. También permite el adiestramiento del profesorado, alumnado y administradores en las tecnologías informáticas y de comunicación las ventajas educativas y de preparación para el mundo laboral.
En el marco de una sociedad y globalizado el ritmo de las innovaciones tecnológicas, especialmente en el campo de la informática, los procesos económicos y los negocios en general están experimentando también transformaciones espectaculares, a lo que muchos especialistas denominan cibereconomía, fenómeno este que se desarrolla en base al uso masivo de transformaciones electrónicas en espacios virtuales con el objetivo deliberado de generación y acumulación de riqueza.
Al respecto sostiene Valdez (1998), las empresas competitivas se basan en la capacidad de generar continuamente valor agregado para el cliente, por medio de la adición del conocimiento expresado como información, “.....ese valor agregado es toda inteligencia adicionada al producto o servicio desarrollada a través de innovaciones y uso de tecnologías de la producción” (p. 248).
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