UN MODELO DE INTEGRACIÓN DE LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS.

LINEAMIENTOS PARA SU APLICACIÓN A LA PRÁCTICA

 


Ivonne Olivares de Quintero

Maracaibo, LINEA-I, 2001.

Tomado del Capítulo VII: "Aplicación práctica del Modelo", en Olivares de Quintero (2001):

Un Modelo de Integración de las Funciones Universitarias Básicas. Tesis Doctoral. URBE, LINEA-I, 2001 


 

 

 

  La finalidad de esta exposición responde a la necesidad de mostrar sólo una posibilidad de aplicación, entre tantas otras opciones, que presenta el modelo formulado, para explicar las relaciones de integración entre las funciones universitarias básicas, con base en las variables más fuertes del modelo: La modalidad de dependencia sobre las entradas y salidas de cada función. 

Asimismo, es pertinente señalar que es obligante en todo trabajo  de carácter científico, comunicar las futuras acciones que pudieran derivarse del producto obtenido, tales como líneas de investigación, proyectos orientados a desarrollar otras formas de integración, sistematizar los procesos en función de otras teorías o complementando los procesos con otras opciones o formas de integración.

En tal sentido, estos lineamientos se estructuran con base a la siguientes consideraciones:

Atendiendo al planteamiento central del estudio, la investigación se orientó a determinar qué variables definen una relación de integración entre las funciones universitarias básicas: docencia, investigación y extensión.

Sobre esa base, se desarrolló el modelo que se generó en él capítulo anterior.  El mismo se fundamentó conceptualmente en torno a los siguientes sustratos teóricos: la integración desde el punto de vista formal y desde el punto de vista de la Acción y de la teoría organizacional, lo que permitió derivar las variables que definen una relación de integración entre las funciones de docencia, investigación y extensión, estableciendo las interrelaciones de los correlatos teóricos con la estructura empírica observacional.

De esta manera, se consideró pertinente para explicar el modelo teórico de integración de las funciones universitarias básicas, concebirlo desde una doble perspectiva partiendo de los siguientes supuestos:

1.        Que las funciones universitarias básicas: docencia, investigación y extensión, se desarrollan en forma independiente, completamente desarticuladas y con predominio de la función docente sobre las otras
dos.

2.        Que las funciones universitarias básicas se realizan en una organización “La Universidad” y por lo tanto éstas se caracterizan por estar en función de esa organización.

Estos supuestos se corroboraron en la fase descriptiva de esta investigación, en donde a través de la estructura empírica observacional, se observó la desarticulación y desvinculación entre las funciones, y eso al mismo tiempo sugirió los componentes organizacionales que se consideraron como posibles factores de integración, a la luz de una Teoría Formal de relaciones de la Acción y de la Organización para desarrollar el Modelo Teórico de  Integración.

Sobre lo dicho anteriormente, se mencionan algunos elementos que permitieron caracterizar la variabilidad de las funciones y la desvinculación entre las mismas, en las diferentes instituciones de la región.

Las funciones no comparten entre sí: áreas de demanda social, requerimientos de conocimiento y tecnología, objetivos, insumos, procesos productos, tecnologías.

Ello permitió establecer las relaciones o mecanismos de
integración entre las tres funciones, partiendo de los siguientes señalamientos:

Primero: Se considera a las funciones de docencia (D), investigación (I) y extensión (E) como sistemas de acción organizada, asociados a una estructura de procesos integrados, que forman parte de un sistema más amplio, que es la organización universitaria, considerada como el ambiente en donde se llevan a cabo los mencionados procesos a través de los actores principales: Docentes y Alumnos y que tienen un comienzo (input) y un final (output).

Segundo: Se considera a la universidad como una comunidad de intereses organizacionales, entendiendo por comunidad, la coincidencia de factores organizacionales.

Tercero: Estos factores son básicamente: (a) Áreas de demanda, mercado o necesidad social; (b) objetivos o metas organizacionales; (c) procesos (insumos, productos); (d)  tecnologías.

Estos elementos están enmarcados en una organización: “La Universidad”, cuya naturaleza quedó definida por su objeto de acción: el conocimiento con base científica, esto permite argumentar que el sustrato común que sustenta a las funciones de Docencia, Investigación y Extensión es el conocimiento científico, considerado no como un simple acto de cognición o capacidad para elaborar representaciones abstractas del mundo (visión, psicologista, neurofisiológica, asociada a los términos de memoria, comprensión u otros) sino vinculado al término acción, lo cual según Parson, (1974, p. 15) “consiste en las estructuras y los procesos por medio de los cuales los seres humanos constituyen intenciones significativas y con mayor o menor éxito, la aplican en situaciones concretas”.

A partir de esta asociación, se estableció la correspondencia entre el conocimiento científico y  las funciones de DIE, asociadas éstas a la noción de producción de conocimiento, en el contexto universitario. Este proceso condiciona, orienta y particulariza, el trabajo universitario que realizan los actores (docentes, alumnos, gerentes), a través de particulares situaciones, intenciones y medios o secuencias operativas, lógicas y procedimentales que direccionan el análisis de esa realidad, bajo la siguiente premisa: La vinculación de las funciones de D, I y E está en que el producto que elabora cada función se transforme en insumo para la otra función.

Este planteamiento  conduce a  señalar que las funciones de docencia, investigación y extensión, están asociadas a una estructura de procesos, dado que parten de unos insumos, los procesan y obtienen un producto, entonces, la estructura básica del proceso sería:

Concebir a la universidad como un sistema abierto, que orienta sus acciones en función de demandas sociales, lo que remite a considerar el entorno o ambiente externo o sociocontexto; en atención a la influencia que el mismo ejerce sobre las tres funciones y la configuración de su
estructura.

Las tres funciones DEI tienen unos insumos considerados como las entradas (E) y unos productos considerados como las salidas (S), así quedó establecido en el modelo.  Esta estructura permitió conocer los diferentes grados de integración, no sólo en el nivel de las entradas y salidas, sino a nivel de procesos y se explica a través de los siguientes planteamientos:

Para que haya integración de las funciones es necesario que el producto que genera cada función, se  considere como el insumo para la otra y así sucesivamente.

Sin embargo, se debe señalar, que para que se produzca esta integración es necesario referirse al primer componente del modelo, denominado el componente organizacional, el cual funciona como el elemento condicionante que impacta, los términos de la integración y las modalidades de ésta.  Las variables contenidas en este primer componente son las que permitan explicar cualquier tipo de integración.  Aquí se evidencia la relación de dependencia entre las funciones y sus posibles formas de integración.

De esta situación, se considera que la mayor o menor integración entre las funciones, depende de la cultura organizacional, el clima organizacional y la eficiencia de los procesos que priva en las instituciones universitarias y éstas son impactadas por el entorno o socio contexto.

Este entorno o macro-cultura engendra valores, normas, creencias  y expectativas compartidas por los miembros de una comunidad societaria, la cual genera necesidades que se convierten en demandas para la institución y específicamente para las funciones DEI.

Esto se explica al considerar a la organización como un sistema abierto que establece relaciones de interacción entre el ambiente externo o socio-contexto.  Estas relaciones permiten integrar las acciones de las funciones DEI con sus grandes contextos y le imprime el sentido colectivo o de comunidad, partiendo de la premisa de que la “universidad y concretamente las funciones DEI deben responder a las demandas sociales de conocimiento y tecnologías en función de las metas de desarrollo del país”.

Esta premisa conduce a postular tres momentos para explicar la propuesta.

Primer momento: las relaciones de integración centradas en la función de Extensión.

En el plano de la acción organizacional, se concibe  la integración como un proceso que permite compartir necesidades, objetivos, subproceso (insumos, productos), tecnologías a través de relaciones de dependencia complementariedad y condicionamiento entre clases de elementos de diferentes conjuntos, que abarcan diferentes ámbitos, como el personal,  organizacional, el académico, administrativo  entre otros.

En este sentido, la  universidad al centrar sus acciones  en función de demandas sociales, remite a considerar el sociocontexto, ambiente externo o   entorno, en atención al producto que allí se genera y en correspondencia con cada una de las funciones DEI.

Desde esta óptica, se postula que la función de extensión, por su propia naturaleza, así está expresado en los documentos de orden legal, en la Ley de Universidades, es la llamada a convertirse en la función que oriente, canalice e integre el esfuerzo investigativo y docente (hasta ahora disperso e inconexo).

La noción de Extensión, alude genéricamente a un proceso que  conduce a vincular el conocimiento con los diferentes sectores externos a la institución, vinculación, que tradicionalmente ha sido concebida como la proyección de manifestaciones culturales o recreativas y de allí la percepción que tienen la sociedad y la propia comunidad universitaria sobre la
misma.

Pero la extensión, no es la simple proyección de estas manifestaciones, ella es la prolongación del saber, del conocimiento, mediante su divulgación, distribución, transferencia, uso y utilidad hacia la sociedad.  Es la colectividad quien lo utiliza para su consumo para resolver problemas; quien determina su éxito o fracaso  y lo demanda a la universidad en búsqueda de  soluciones, tanto teóricas como prácticas.

Esta implica, un  cambio de visión de la universidad con respecto a la función  Extensión ya que la misma le imprime a la acción académica, su verdadero valor  transindividual colectivo, de donde se infiere su adecuación al  entorno, considerando que su dominio es la comunidad y su codominio o imagen, las necesidades de conocimiento y tecnologías.  De allí,  que las primeras, se convierten en el insumo básico y las segundas, en  el producto que genera la institución y estas relaciones orientan las  acciones organizadas que debe emprender la  función extensión.

Al respecto, es necesario partir del producto que genera la institución que no es más que el conocimiento y las tecnologías derivadas de éste.

Sobre esa base, bajo una concepción gerencial, Padrón (1994) y  Schavino (1998) plantean que el conocimiento   se considera como un bien, como una mercancía, como factor de producción, que puede ser objeto de compra – venta, que responde a áreas de producción y consumo; generado y  orientado hacia un mercado, que en esta investigación se denomina mercado de conocimiento y este a su vez, son los grandes sistemas que conforman la sociedad: la industria, el comercio, el estado, la educación, religión, cultura, arte u  otros; y en estos reside la demanda, que  a la vez, se convierten en el insumo para la función de Extensión, quien la transforma en necesidades de conocimiento y tecnología, entendidas éstas como el producto que genera esta función.

En este sentido, se pueden considerar como insumos para la extensión:

1.        Los cuerpos informacionales sobre las diferentes áreas de conocimiento, su profundidad y alcances.

2.        Los avances del conocimiento, sus posibilidades de aplicación, uso, utilización.

3.        Los requerimientos de tecnologías e innovaciones tecnológicas en los diferentes sectores.

4.        Las necesidades de formación, actualización y perfeccionamiento del recurso humano.

5.        Necesidades de infraestructura física, materiales y técnicas, bibliotecas, laboratorios, centros de investigación.

6.        Necesidades de transferencia tecnológica y otros.

7.        Necesidades presupuestarias y financieras de las instituciones para realizar proyectos de investigación, publicaciones y otros.

Todo ello en el marco de estudios de perfiles de mercado, de viabilidad científico técnica, de impacto social, que permitan establecer áreas prioritarias, líneas, programas y proyectos de investigación, atendiendo a las particularidades de cada universidad y en adecuación con las políticas de estado a nivel local, regional, nacional e internacional.

Estos elementos permiten inferir, que es en la Extensión en donde surgen las líneas de investigación, los programas,  los  proyectos y se definen los productos (bienes y servicios) que ésta pueda ofertar a sus demandantes. 

De allí, que se establece una relación de condicionamiento entre la oferta/producción, demanda/consumo y la universidad y su entorno. Pero esta relación implica además, las condiciones y los términos bajo los  cuales ésta pueda establecerse.

Tal y como se derivó en el modelo, la cultura, el clima  y la eficiencia de los procesos que privan tanto a nivel de la  universidad como en el sector demandante, reclama cambios y transformaciones  a nivel de su visión y misión, objetivos, procesos y tecnologías, para lograr su finalidad: un recurso un humano de calidad y excelencia.

Esto implica un cambio en el establecimiento de las  relaciones por la vía de las relaciones de integración (RI), lo que significa que deben compartir desde su visión hasta las tecnologías para satisfacer sus necesidades.

No vasta la simple vinculación como se ha hecho hasta el presente, es necesario generar una cultura en donde se establezcan objetivos comunes sobre  un sustrato común para ambos sectores que es la búsqueda del conocimiento, su producción, aplicación, utilidad  e impacto y ello implica un cambio en sus valores, en sus esquemas mentales, en la  forma de entender y concebir a la universidad, por una parte, como la organización que es capaz de proveer  a la sociedad a y sus diferentes  sistemas, de los profesionales que requieren bajo una sólida formación científica y humanística que le permita innovar y crear nuevas tecnologías, bajo estándares de calidad que permitan ser competitivos en cuanto a la calidad de sus productos.

Por su parte, la universidad debe abrir sus espacios al sector externo, considerándolos como los receptores, usuarios y potenciales clientes del producto  que allí se genera.  Por lo tanto, deben establecerse en común a través de la extensión:

1.      Sólidas políticas de desarrollo social científico y tecnológico.

2.      Planes estratégicos que orienten sus acciones a corto, mediado y largo plazo.

3.      Planes  conjuntos de desarrollo académico profesional en áreas prioritarias.

4.      Mecanismos de financiamiento, cofinanciamiento y otros, que contribuyan a fortalecer los programas.

5.      Espacios, laboratorios, bibliotecas que atiendan a los  desarrollos específicos.

6.      Normativas que orienten los derechos, de autores, patentes, proyectos.

Estos lineamientos pudiesen  considerarse a los efectos de iniciar un proceso de integración sólida y estable entre la universidad y su entorno a través de la función extensión.

Ello implica, que la  universidad cambie su concepción y  desarrollo de la extensión en la institución, modificando su visión, misión, procesos, sus normativas, darle el mismo rango que pueda tener la docencia y la investigación en la estructura académica organizativa y, en consecuencia, asignarle los recursos presupuestarios y financieros acorde con su jerarquía y la labor que realiza, ya  que los productos que elabora la función extensión se convierten  en insumos para la función Investigación.

Este proceso de puede visualizar en  la siguiente figura:

  

 

Segundo momento: el producto que genera la extensión como insumo para la función de investigación.

La investigación asociada a la noción de producción de conocimientos, remite a la función  investigación, entendida ésta como un proceso  especializado, altamente socializado y sistematizado que atiende a las demandas del entorno a través del producto que genera la extensión; por tanto, estos productos se convierten en insumo para esta función.

El insumo, es la oferta académica que recibe la investigación en función de las demandas en el entorno, transformadas en  necesidades de conocimiento y tecnología.

Estas necesidades de conocimiento y tecnología que responden a las esferas económicas, sociales, industriales, educativas y otras, remiten a considerar la existencia de problemas que exigen soluciones de carácter teórico- práctico o aplicativos, a la institución universitaria. 

Surge entonces, la función de investigación orientada a resolver
los problemas y para ello se postula concebir los procesos de 
producción de conocimiento  asociados a una estructura diacrónica.  Ello implica:

1. Ubicar los problemas de investigación (preguntas – respuestas) en un continuum que comienza por descripciones, pasa por explicaciones, contrastaciones y culmina  con aplicaciones, enmarcadas éstos en una línea de tiempo.

Este proceso, alude a la noción de redes de problemas de investigación, fundamentadas en consideraciones de tipo epistemológico, organizacional y gerencial.

Sobre esa base, Padrón (2000) define la red de problemas como: “un diseño lógico, que puede tener forma de árbol, de un cierto conjunto de problemas de investigación, ordenado según relaciones de inclusión y complementariedad, los cuales expresan necesidades de conocimiento en una sociedad en un cierto momento histórico” (p. 3).

Estos elementos permiten establecer la siguiente secuencia para diseñar la red:

Necesidades de conocimiento à Estas necesidades pueden formularse como problemas de investigación à dado que  estas necesidades no son aisladas, sino interconectadas, entonces los problemas de investigación asociados pueden conformarse dentro de un diseño de interrelaciones jerarquizadas y en atención a esas necesidades.

Este diseño se fundamenta en:

a. Una visión epistemológica,  ya que se orienta a examinar el tipo de relaciones que se pueden establecer entre un problema y otros, analizando las relaciones de inclusividad o complementariedad entre una investigación y otra y las diferentes formas de abordarlo.

b. Una visión organizacional, por cuanto la intención es agrupar y cohesionar los problemas y los investigadores en relación a programas y/o líneas de investigación, con la finalidad de sistematizar tanto el proceso como el producto de conocimiento obtenido a través de la acción de investigar y ello permite la conformación de equipos y su integración.   Desde esta óptica, se plantea  una relación de  inclusión de los problemas investigativos  dentro de una línea o un programa.

2.  Enmarcar las redes de problemas en programas agendas de investigación. En este sentido, señala Padrón (1999):

 

Un programa de investigación se puede definir como un conjunto borroso de trabajos investigativos individuales, ordenado por una relación de secuencia temporal y, además, por relaciones de inclusividad y complementariedad. Dos o más de estos conjuntos pueden, a su vez, constituir programas de investigación cada vez más altos, siempre en dependencia de los criterios que se elijan para analizar los grupos de problemas, temas operaciones y productos de trabajo.  Desde el punto de vista de su estructura diacrónica, entonces, la investigación es considerada en términos de Programas de redes problemáticas y no como hechos individuales aislados entre sí (p. 4)

 

Y argumenta asimismo que:

Dada una determinada Red de problemas y para que dicha red pase a ser una red de soluciones, es imprescindible asignarle cálculos de ejecución, incluyendo tiempos o plazos de logro, recursos, estrategias y procesos de gestión, siempre bajo un análisis de oportunidades y riesgos (p. 4)

 

En tal sentido, es de advertir que  mientras la red de problemas se ubica en el nivel de formular necesidades y definir situaciones reales y concretas, el programa se ubica en el nivel de  gestiones y toma de decisiones estratégicas de acción.  De allí, que el programa exige, además de una fundamentación epistemológica y organizacional, una visión administrativa, ya que el mismo tiene alcances gerenciales.

3. Establecer líneas de investigación tanto para el pregrado como para el postgrado.

Se define la línea, como el recurso humano o grupo de investigadores, que se organizan en función de redes o programas de investigación, a través de relaciones de interacción, bien sea de carácter secuencial o complementaria para producir conocimiento. Las líneas se agrupan alrededor de los programas de investigación.  De allí que los grupos que la conforman se orienten sobre la base de objetivos, estrategias, recursos u otros, establecidos en los programas y adscritos a la red de problema asociada.

Al respecto, es oportuno destacar que a través de las líneas y programas de investigación se puede orientar la función investigación para generar sus productos:

-        Seleccionando las áreas problemas prioritarias para ejecutar los proyectos de investigación.

-        Prestando asesoría y asistencia técnica a través de personal especializado.

-        Proporcionando información actualizada.

-        Formando la generación de relevo, incorporando estudiantes a lado de investigadores formados u otros.

-        Estableciendo estándares de calidad y productividad en atención a indicadores internacionales, nacionales, regionales y locales

-        Coordinando, evaluando y controlando los avances  de las investigaciones.

-        Estableciendo redes de problemas de carácter intra-inter y extra-institucional.

-        Estableciendo normas para el ingreso, selección y permanencia de los investigadores.

-        Implementando sistemas de incentivos en función de la producción:  (a) patentes (b) creación de empresas rentales; (c) estableciendo convenios de actualización y pasantías a nivel nacional e internacional; (d) conformando la planta de tutores y de investigadores activos, esto es que publiquen los resultados de las investigaciones en revistas acreditadas  en el plano nacional e internacional, se realicen investigaciones cada dos años.

 Estos y otros elementos  pudieran considerarse como condicionantes para que, a través de la función investigación, se obtengan productos de conocimientos y tecnologías de carácter descriptivo, se elaboren teorías y se desarrollen procesos tecnológicos de calidad y utilidad como resultado de las investigaciones realizadas, tanto para la sociedad como para la institución; ya que este producto se convierte en insumo para la función docencia.

Estas consideraciones, implican un cambio en la forma de concebir la función investigación, de valorarla, de hacerla útil, de proyectar una imagen de la universidad que aporta  soluciones que produce conocimientos y con ello contribuye al desarrollo del país.

En este sentido se grafica el proceso de integración:

 

 

Tercer momento:  El producto que genera la investigación como insumo para la función docencia.

La función Docencia, orientada fundamentalmente a la formación de cuadros profesionales, investigadores, extensionistas debe concebirse  por relación al producto que genera la acción científica, sobre la base de descripciones, explicaciones y aplicaciones tecnológicas, que sirven de insumo a esta función para obtener el producto, que son los egresados portadores de conocimiento y tecnología.

Pero, esto implica concebir la acción docente  centrada en el proceso enseñanza aprendizaje, vinculado a redes de problemas, a necesidades de conocimientos y tecnologías, que despierten la curiosidad científica, la búsqueda e innovación de experiencias, la actualización permanente del conocimiento, sobre la base de diseños curriculares, flexibles, interdisciplinarios y transdisciplinarios, esto es, que trasciendan las esferas  del curriculum y de un perfil del egresado y se vincule a las líneas y programas de investigación, atendiendo a las siguientes directrices:

- Incorporar  los productos investigativos  (tesis de grado, trabajo de ascenso, experiencias de aprendizaje) a las cátedras administradas por los docentes como vía  de análisis, problematización y validación del conocimiento.  Centrándose esta acción en una estrategia de aprendizaje, que induzca al alumno, a pensar, a reflexionar, argumentar, conjeturar,
inferir (inductiva o deductivamente) situaciones, que potencien las competencias de los estudiantes (informaciones, habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes) hacia el proceso  científico de indagación sistemática y socializada.

Esto significa compartir experiencias, conformar grupos de trabajo sobre objetivos comunes que direccionen los esfuerzos de los docentes, estudiantes, el curriculum, los planes y los programas de estudio.

- Fundamentar el  curriculum, los planes y programas de estudio sobre  los hallazgos científicos, que implican conocimientos, información nueva, actualizada en las diferentes áreas del saber; que involucran acciones ajustadas a las nuevas realidades sociales y demandas de los diferentes sectores académicos y empresariales, gubernamentales y otros.

- Convertir las asignaturas, los seminarios, las pasantías en el escenario propicio para que surjan los proyectos de  investigación con participación directa de profesores y estudiantes,  en el marco de las  líneas y programas propuestos por los centros, institutos, programas de investigación. Estas acciones, se convertirían en un mecanismo de validación de las tesis, trabajos de ascenso de los actores, además de propiciar espacios para la reflexión y la crítica, la innovación, la direccionalidad de los trabajos de grado y pasantías.

En tal sentido, este producto estaría representado por los egresados con una sólida formación científica y éstos se convierten en portadores de esos conocimientos que pasarían a la extensión, quien se encargaría de validar ese producto, su ubicación en el mercado, el impacto social  y la calidad del mismo en el entorno, como se aprecia en la siguiente figura.

 

Este proceso tiene carácter recursivo, en la medida en que se configura toda una red  pragmática en donde las acciones de docencia, investigación y extensión se relacionan bajo la modalidad de dependencia sobre las entradas y salidas de cada función universitaria.

Esto significa que si la universidad marchara sobre la base de estas relaciones, se debería entender en términos globales, como una estructura en donde se establezca una Relación Funcional entre la  extensión, considerada como la  función que transforma las demandas del entorno en necesidades de conocimiento y tecnologías. La investigación, como transformadora de estos conocimientos en descripciones, teorías y aplicaciones y la docencia como la función que transforma las descripciones, teorías  y aplicaciones en portadores de conocimiento y tecnología para obtener el producto final o situación final obtenida (Sn), producto real de todo proceso.

Desde esta perspectiva se concebiría la universidad y sus funciones conformando una totalidad, en donde las acciones institucionales, se enmarquen en un proceso de cambio, que implica redimensionar su visión hacia las necesidades sociales.

Consideradas éstas,  como los insumos que alimentan el sistema y se particularizan en atención a las demandas y ofertas de conocimiento y tecnologías, áreas de vinculación externa, imagen institucional que proyectan las funciones de docencia, investigación y extensión en el entorno y en consecuencia determinan las condiciones que permiten iniciar el proceso de transformación de la institución por referencia a los siguientes elementos:

-       El entorno o contexto (C0) global que rodea a la organización y en el que se identifican una serie de factores de distinta naturaleza, como son los cuerpos informacionales, los conocimientos, las instituciones económicas, políticas, tecnológicas, educativas y otros que permiten establecer las relaciones de interacción entre el contexto global y la organización.

-       El entorno o sector específico en el que actúa la organización conjuntamente con otras organizaciones o instituciones con las cuales se vincula, como es el caso específico del sector universitario que depende de las políticas de Estado en materia educativa, económica, en ciencia y tecnología y designa la asignación presupuestaria para cada universidad, el monto específico para investigación y desarrollo para infraestructura y, aunque las universidades mantienen “relativa autonomía”, éstas se han visto influenciadas políticamente por los gobiernos de turno y en la actualidad se encuentran en una fase de incertidumbre, dado los cambios políticos que se han registrado en el país, como es la promulgación de una nueva Constitución y el surgimiento de nuevos poderes, en síntesis de un nuevo estilo de gobernar que involucra una concepción filosófica o cultural diferente que le exige estar alerta y acorde con las propuestas que se avecinan.

En cuanto al sistema de información, valores y normas que orientan los destinos del país bajo un nuevo liderazgo.

Estos elementos conducen a redimensionar la visión y misión de la institución, que supone un proceso de redefinición de las funciones de docencia, investigación y extensión sobre la base de una nueva concepción de la educación superior fundamentada en una visión cultural diferente que conlleve a un cambio de mentalidad de actitud, en los diferentes sectores de la vida nacional con especial referencia al contexto educativo nacional, regional y local; en cuanto a la formulación de una política  científica y tecnológica, que fomente e incentive y concrete el apoyo a las universidades en esta materia.

Y el contexto interno considerado como el ambiente en donde se ejecutan las funciones, conformando los tres subsistemas básicos que generan los elementos de variabilidad que tipifican cada una de las funciones a través de rasgos diferenciadores, como los vistos anteriormente; pero que requieren a su vez de la integración de los mismos para que las acciones resulten exitosas. En la medida en que éstas se orienten más hacia la sociedad, que al individuo, hacia la construcción de soluciones intelectuales que hacia la obtención de títulos o diplomas, desligados  de las necesidades sociales y prioridades del país; más hacia la investigación programada colectivamente que hacia la docencia de carácter transmisiva, repetitiva y memorística.

Estos planteamientos, potenciarían el cambio de imagen de la institución universitaria, proyectándola como una organización que asume el liderazgo científico del país como norte y se convierta en productora de conocimientos y tecnologías, a través de un recurso humano impregnado de una sólida cultura científica, sustentada en fundamentos axiológicos que permitan su desarrollo humano, sus capacidades intelectuales y  el bienestar, compartido con el bienestar de la sociedad y sus miembros.

En tal sentido, se presenta una síntesis formalizada de la
propuesta.

 

Síntesis Formalizada de la Propuesta

 

Este proceso, integración diferenciación, se representa como una función de modo que:

a) Extensión (E) es una función que transforma Demandas del Entorno (d) en Necesidades de Conocimientos y Tecnologías (n)

b) Investigación (I) es una función que transforma (n) necesidades de conocimientos y tecnologías  en descripciones, teorías y aplicaciones (c).

c) Docencia (D) es una función que transforma c en egresados portadores de conocimientos y tecnologías (g).

De modo que, en síntesis:

[(E(d)=n) ® (I(n)=c) ® (D(c) = Eg)]® Recursivo

 

Este proceso se puede visualizar sintetizado en la figura 4 para comprender mejor  lo planteado.